Ayúdame, Señor Presidente.
Ayúdame, señor presidente, ayúdame a comprar algo para comer, ayúdame a dar educación a mis hijos y que no migren y no volverlos a ver nunca más, ayúdame por favor a vender mis productos , de bonita manera y con respecto te lo pido, no me mandes a garrotear por salir a protestar por que es mi derecho y ya no aguanto más, palabras de una mujer indígena que fueron virales y trasmitidas en la plataforma de TikTok, en donde podemos sentir su dolor e indignación por el alto costo de la vida en el Ecuador.
Han pasado 4 días desde el inicio de las protestas en el Ecuador
y en su mayoría los indígenas salieron a las calles por los sobreprecios de
formas general en productos alimenticios y agrícolas provocado por la subida de
los precios de los combustibles, en este escenario el gobierno ha respondido con
represión y violación de los derechos humanos.
Lo mas sorprendente de los hechos es la falta de
profesionalismo y ética de los medios de comunicación tradicionales proceden a
minimizar el paro y trasmiten una idea implantada por el gobierno, el paro es comandado
por delincuentes y terroristas y lo único realizado por estos grupos es la paralización
del país por vandalismo, sin trasmitir los gestas de violencia por parte de la
fuerza pública a la ciudadanía, en este sentido gracias a las redes sociales donde
se puede informar y visualizar como las personas sufren y piden compresión y solución
a los problemas.
Los noticieros digitales en su mayoría comunican la cruda realidad,
madres despidiéndose de sus hijos sin saber si regresaran con vida de las protestas,
mujeres indígenas piden favor de forma frontal al presidente Guillermo Lasso con
lágrimas, en otros escenarios se presenta el enojo de la población, todos estos
sentimientos se unen en un solo colectivo que lucha con una referencia sorprendente,
llevan consigo las fundas de aceite con sobre precio y reclaman y ejemplifican su
lucha y justifican su proceder con una
simple funda de aceite en sus manos contra la fuerza del orden con armas y
escudos.
Autor: Román Castro
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